Tomillo fresco

Tomillo Fresco: Pequeñas Hojas, Gran Carácter y Resiliencia Mediterránea

El tomillo es resiliencia y concentración de sabor. Son esas pequeñas hojas las que encierran una complejidad aromática que te transporta a los campos soleados de la Provenza o a un guiso casero cocinado a fuego lento. Tiene una capacidad para prosperar en condiciones difíciles. Infunde un calor y una profundidad únicos a cualquier plato. El tomillo fresco es el susurro de la tierra en tu paladar.

Aroma Silvestre: Datos Esenciales y Variedades en la Cocina

El tomillo (Thymus vulgaris) es un pequeño arbusto perenne de la familia de la menta, con hojas diminutas y un aroma que es una mezcla de pino, cítricos, menta y un toque floral.

Sabor Concentrado: A pesar de su tamaño, el tomillo tiene un sabor potente y distintivo. Es terroso, ligeramente amaderado y con matices a menta y limón. Es menos dominante que el romero, lo que lo hace muy versátil.
Aliado de Largas Cocciones: Al igual que el romero, el tomillo es perfecto para platos que requieren cocción prolongada. Sus aceites esenciales son robustos y se mantienen bien con el calor, infundiendo sabor de manera gradual. Es ideal para estofados, guisos, sopas y asados.
Variedades para Explorar: Aunque el tomillo común es el más extendido, hay otras variedades interesantes:
- Tomillo Limón: Con un aroma cítrico marcado, ideal para pescados, aves, postres o tés.
- Tomillo Naranja: Con un toque dulce y afrutado, sorprendente en preparaciones dulces y saladas.
Beneficios Tradicionales: El tomillo se ha usado históricamente por sus propiedades antisépticas y expectorantes, siendo un remedio popular para resfriados y afecciones respiratorias. También contiene antioxidantes.

Consejos de Cultivo, Compra y Conservación

El tomillo es increíblemente fácil de cultivar. Adora el sol pleno y los suelos bien drenados. Necesita poca agua una vez establecido y es perfecto para jardines rocosos o macetas en tu balcón aquí en Bilbao. Es una planta que te dará hojas durante todo el año si la cuidas bien.

Como chef, aquí tienes mis trucos para aprovechar al máximo su potencial:

Pequeño pero Fresco: Aunque el tomillo seco es muy útil, el fresco ofrece una dimensión de sabor y aroma mucho más vibrante y matizada. Busca ramitas con hojas verdes y firmes.
Conservación Sencilla: Guarda las ramitas de tomillo fresco en la nevera, envueltas en papel de cocina ligeramente húmedo y dentro de una bolsa de plástico. Te durarán unas dos semanas. También puedes dejarlas en un vaso de agua.
Con o Sin Tallo: Para la mayoría de las recetas, simplemente desliza tus dedos por el tallo para retirar las pequeñas hojas. Si la rama es muy tierna, puedes picar el tallo también, pero en general, es mejor usar solo las hojas.
Amante del Calor: El tomillo se lleva bien con el calor. Añádelo al principio o a mitad de la cocción para que sus sabores tengan tiempo de desarrollarse e integrarse en el plato.
Infusiones y Marinadas: Es excelente para infusionar aceites, vinagres o incluso mantequillas. También es un componente esencial en muchas marinadas para carnes y aves.
Maridajes Perfectos: El tomillo se combina maravillosamente con el ajo, el limón, las patatas, las setas, las zanahorias, el cordero, el pollo, el cerdo, y es indispensable en la cocina francesa e italiana.

Una Receta con Tomillo de Protagonista

Para demostrar la elegancia y el sabor rústico que el tomillo puede aportar, te comparto una receta que es pura comodidad y aroma: ¡Pollo Asado al Limón y Tomillo!

Ingredientes:

1 pollo entero (aproximadamente 1.5 – 2 kg)
2 limones, uno cortado en cuartos y el otro en rodajas finas
Varias ramitas generosas de tomillo fresco (unas 6-8)
4-5 dientes de ajo, sin pelar y ligeramente aplastados
2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal marina gruesa al gusto
Pimienta negra recién molida al gusto
Opcional: 1 cebolla cortada en gajos, 2 zanahorias en trozos grandes (para la base del asado)

Preparación:

Precalienta el horno a 190°C (375°F).
Lava el pollo por dentro y por fuera, y sécalo muy bien con papel de cocina. Esto ayuda a que la piel quede crujiente.
Salpimenta el interior del pollo. Introduce en la cavidad del pollo los cuartos de limón, la mitad de las ramitas de tomillo y 2-3 dientes de ajo aplastados.
Coloca el pollo en una fuente para horno. Si usas cebolla y zanahorias, ponlas en el fondo de la fuente para crear una cama aromática.
Masajea la piel del pollo con el aceite de oliva. Espolvorea generosamente con sal y pimienta.
Distribuye el resto de las ramitas de tomillo y los dientes de ajo restantes alrededor del pollo en la fuente. Coloca las rodajas finas de limón sobre la piel del pollo o alrededor.
Asa en el horno durante aproximadamente 1 hora y 15 minutos a 1 hora y 30 minutos, o hasta que un termómetro de cocina insertado en la parte más gruesa del muslo (sin tocar el hueso) registre 75°C (165°F). Para una piel más crujiente, los últimos 10-15 minutos puedes subir la temperatura a 200-220°C (400-425°F) o usar la función de grill con cuidado.
Una vez cocido, retira el pollo del horno y déjalo reposar unos 10-15 minutos antes de trincharlo. Esto permite que los jugos se redistribuyan, resultando en una carne más jugosa.

¡Un truco de chef! Puedes usar los jugos que quedan en la fuente de asado para hacer una salsa rápida. Desglasa la fuente con un poco de vino blanco o caldo de pollo, raspa el fondo y reduce a fuego lento. ¡Será una delicia aromática para acompañar el pollo!